Hablarle a tu bebé es una forma de reconocerlo y ayuda a su desarrollo

Aunque pareciera que hablarle a un recién nacido es un mero acto de vinculación, ya que se podría creer que los bebés no entienden lo que se les dice, en realidad se les está preparando para una comunicación que va más allá de las palabras.

De acuerdo con el sitio Ser Padres, los bebés comienzan a asociar las palabras de la madre desde el vientre con una sensación de bienestar, lo que se convierte en un ancla de seguridad cuando el niño sale al mundo exterior.

Ya que el cerebro del menor se está desarrollando, todos los estímulos que reciba comenzarán a formar sistemas, incluidos los del habla y la comprensión, pero al hablarle a un bebé no solo se le está dando el conocimiento lingüístico, sino uno emocional.

Los recién nacidos comienzan a interpretar los mensajes aunque no conozcan el significado de las palabras, ya que se les deja una impresión que viene marcada por el tono, la cadencia, la fuerza o la suavidad de la voz.

“No entiende el vocabulario pero sí la semántica, pronto sabe si le hablas en broma, si tus palabras son de enfado o de amor”, señaló la logopeda Trini Cosano.

Los niños necesitan de la palabra del adulto para ir ordenando su mundo.

Otra cosa importantísima, que es esencial para el niño, es que se le ponga palabras a eso que él sabe, que intuye o presiente. Ellos están más cerca de las emociones, del mundo sensitivo-sensorial, racionalizan e intelectualizan menos que los adultos, son más perceptivos, esto hace que se den cuenta de diversas situaciones de las que muchas veces los adultos no tenemos conocimiento.

Es bastante común que el niño actúe y ponga de manifiesto con determinadas conductas que está percibiendo algo no dicho, a veces no necesariamente porque se le oculte sino porque el adulto lo desconoce. Un ejemplo de esto es cuando la mamá está embarazada, aún no lo sabe y sin embargo su hijo mayor está más mimoso o más llorón, más sensible…

Hablar con los niños es hablar desde el corazón, a ellos no les podemos mentir, es como hablar con nosotros mismos.

Es muy común oír a los padres decir: “no, no le decimos nada porque es chiquito y no entiende nada”. Hay padres que no le comunican a sus hijos que van a hacer o dónde van a ir en el día, mamás que no le cuentan a sus bebés que van a empezar a trabajar y que los van a dejar al cuidado de otra persona, que no le hablan cuando pasa algún suceso triste, etc.

Un niño al que se le cuenta, se le explica, se le da oportunidad de expresarse, no solo lo hace sentir más seguro sino que también mejora su autoestima.

Durante los primeros meses de vida, las palabras que se les dan a los bebés no solo les van enseñando lenguaje, sino un vínculo con las emociones, es decir, se conectan las palabras con los sentimientos cuando se le habla a un recién nacido.

Además de la importancia para su desarrollo intelectual y emocional, hablar con tu bebé es una forma de reconocerlo como persona desde que nace, al dirigirte a él y explicarle cómo es el mundo.

Otro de los puntos que señala el sitio especializado en la crianza de los hijos, es que los bebés comienzan a respetar los turnos de la conversación, por lo que se les debe hablar como si se esperara una respuesta.

Al dar espacio a su respuesta, el bebé comenzará a llenar estos tiempos con sonidos o balbuceos, pues irá comprendiendo que es su turno de hablar.

El tono que utilicen los padres también tendrá un efecto en las emociones de los bebés, ya que los adultos modifican la voz inconscientemente cuando se dirigen a un menor.

En el caso de las mujeres, tienden a agudizar la voz cuando quieren llamar la atención del niño y la hacen más grave cuando lo tratan de relajar.

Así que no pierdas la oportunidad de hablar en cada ocasión que puedas con tu pequeño, pues así lo ayudarás no solo a aprender vocabulario más rápido, sino a desarrollarse emocionalmente para el futuro.