Mamá: cuando se trata de tus hijos, la experta eres tú

Muchos son los libros de crianza que hay disponibles en el mercado. Hoy, con las redes sociales, estamos a un ‘click’ con nuestro dedo sobre la pantalla para acceder a cientos de diferentes páginas y cuentas que hablan de educación, crianza, de cómo disciplinar a los niños, y un sinfín de otras temáticas relacionadas…

Cómo hemos podido notar, unas páginas y expertos apoyarán el sistema de crianza Ay otros el B… mientras que si seguimos buscando encontraremos a alguien que opina que ni Ani Bson lo correcto… ¡La solución está en C!

¿Qué hacer?

Trabajo con familias asesorándolas y acompañándolas en el camino de ofrecer a sus hijos una crianza respetuosa, y una de las cosas que me encanta decir y reforzar a los padres es: las personas expertas en sus hijos son ustedes mismos.

¿Quién conoce a tu hijo mejor que tú? ¿Quién lo tuvo dentro de su cuerpo? ¿Quién lee sus señales y distingue si su llanto es de tristeza o de hambre?

Es cierto que tener a mano un buen libro de crianza (alguno recomendado por tu pediatra de confianza o por esa amiga tuya con quien comparten ideales y valores), es una buena herramienta en ciertos momentos. ‘No nacemos sabiendo ser padres’, y hay variadas formas de aprender en el camino. El problema, en mi opinión, es cuando ponemos toda nuestra creencia y nuestra confianza ciega en manos de un experto a quien no conocemos, que no conoce a nuestros hijos, y que probablemente viva en otro país, con una cultura y costumbres diferentes a las nuestras.

¿Funcionarán esos consejos conmigo, con mi hijo, a quien el experto no conoce? Puede que sí, puede que no.

El tema acá, y lo que les propongo como invitación, es a filtrar eso que leemos, eso que escuchamos, con el importante, delicado (y a veces olvidado) filtro de la intuición y el propio instinto.

Me puedo haber leído muchos libros de crianza respetuosa y de cómo portear a mi bebé. Hice un curso. Me siento una experta. Pero si a la hora de ponerlo en práctica me siento incómoda, me duele la espalda, mi bebé se muestra inquieto… ¿Insistiré en intentarlo porque es, como algunos dicen, “la mejor forma de conectar y transportar a tu bebé”? O quizás mejor, con honestidad y sintonizando con mi hijo, agradeceré el conocimiento aprendido y buscaré otra manera en que ambos nos sintamos cómodos y plácidos… ¿Les parece que esto suena más respetuoso de las propias cualidades y necesidades de los involucrados en esta interacción en particular?

Al fin y al cabo somos nosotros quienes realmente conocemos a nuestros niños, y quienes vamos a consolarlos cuando se muestren tristes o inquietos, y no el renombrado experto.

Un experto no puede imponer una idea cuando se trata de cómo criar a tus hijos, sino más bien plantearla como una opción, una invitación a probar, siempre y cuando a los padres les haga sentido.

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Eres libre de intentar. ¿Te acomoda? ¿Te hace sentido? Perfecto, puedes hacer propio un nuevo hábito.

¿Se siente extraño? ¿Esto no es para ti? Perfecto también, puedes seguir buscando nuevas formas e ir descubriendo qué es lo que funciona para TÚ familia, ya sea con profesionales expertos o conectando con lo más íntimo de tu ser. Ahí dentro siempre hay una vocecita que nos habla, nos da las respuestas que buscamos y va guiando nuestro camino.

Y tú, ¿eres más de buscar respuestas en profesionales o de encontrarlas tú misma?

¿Te ha pasado que los consejos de otros no te hacen sentido, y necesitas encontrar tú manera propia de hacer las cosas?

¡Estaré feliz de leerte!

Escrito por: Consuelo Hepner Austin, educadora de Póvulos especializada en Apego Seguro, neurociencias y pedagogía Pikler. 

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