Lecciones de una hija
Poco te faltaba para cumplir dos años; yo como siempre en otro mundo preparando la salida a comer, según yo estábamos listas y guapísimas. Pero al abrir la puerta, tú no querías moverte y empezaste a decir “Parranrra, Parranrra”
La verdad, yo estaba sin entender pero hice lo que siempre hacía cuando empezabas a hablar…
Dámelo, Enséñamelo! ¿Qué es lo que necesitas? Por que no lo entiendo chiquita.
Tú tan lista, tan tierna, corriste a la recámara y trajiste tu Chamarra!
Enseguida pensé: ¿Qué clase de madre soy que no llevo algo para tapar a mi bebita?
Aprendí y sigo aprendiendo tanto de ti y de tu infinita paciencia, eres el amor de mi vida…!
Dicen que los hijos nos escogen, yo estoy muy agradecida de que me haya tocado alguien que no le importe que yo estoy en la luna y siempre me ha tenido paciencia.
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