La depresión postparto no es motivo para ser juzgadas

Alguna vez te has preguntado ¿Cuántas mamás han sido juzgadas debido a los síntomas de una depresión postparto?

En los artículos anteriores, compartí las principales características y vivencias de las personas que viven depresión postparto. Hoy, además de decirte algunas cosas que pueden ayudar en esos momentos, te quiero compartir las principales causas que pueden desencadenar estas experiencias. Esto, con la intención de llegar a no juzgar, sino comprender, y además atender los diversos factores que pueden estar en juego.

Muchas veces sucede que cuando una madre expresa (con sus palabras, sus acciones, sus actitudes) esta dificultad en sus emociones, es juzgada por las personas que están cerca. Pueden interpretar su comportamiento como una incapacidad de ser madre, pueden juzgar a la madre con poca dedicación, poca fortaleza, es decir, creer que ella no está siendo capaz de hacerle frente a las exigencias de su nueva vida. Tal vez, te sean familiares frases como: “tan lindo que es tener un hijo y tú no lo estás disfrutando, deberías sentirte feliz”, “no puedo creer que no puedas atender a un niño indefenso”. Inclusive los juicios pueden nacer de la misma madre que se auto-exige y tiene altas expectativas respecto a su rol materno.

¿Te gustaría saber qué cambios, acciones o pensamientos han ayudado a algunas mujeres en su ejercicio de SER MAMÁ?

Clara, compartió en una entrevista, que al ser mamá, su rutina diaria se convirtió en un día lleno de tareas. Su trabajo, la casa y sus hijos estaban acabando con ella. Sentía que no había horas suficientes en el día para cumplir con todos los “deberes”. En su proceso de reflexión pudo reconocer: ¡me ha ayudado ser tolerante con lo que alcanzo a hacer y lo que no! ¡He podido entender que es más importante tener paz que tener mi casa perfecta! ¡Entender que estar cansada y no tener energía, no me hace una mala mamá!

A ti como a ella, te puede ayudar reconocer tus propias expectativas y conocer tus límites. Además, que, pedir ayuda no está mal, al contrario, recurrir a tus redes de apoyo puede hacerte sentir apoyada, acompañada y tener menos responsabilidades sobre tus espaldas. Tal vez puedes recibir ayuda externa para las tereas domésticas, esto sería fabuloso.

Saberte vulnerable y en un proceso que no dominas, aceptar que no lo sabes todo y que puedes preguntar a tus amigas, a tus hermanas, a tu mamá, tampoco te resta valor. Tal vez has sido exitosa en tu carrera profesional, o dominas perfectamente otras áreas de tu vida, sin embargo, esto, no significa que naciste sabiendo cómo SER MAMÁ.

El ir formando familias en las que las responsabilidades son compartidas entre las madres y los padres, te puede ayudar a sentir que no todo depende de ti, como lo compartió Ana: ¡Mi esposo y mi mamá fueron mi gran apoyo durante este tiempo abrazándome cuando esos momentos de angustia llegaban! Tener esas personas de confianza con quienes puedas compartir tus emociones y sentimientos, no tener vergüenza de expresar tus temores, realidades o fantasías, podrá favorecer un buen discernimiento respecto a lo piensas y sientes.

Desde luego el ser tolerante contigo misma y aceptar que SER MAMÁ también te empieza convertir en una nueva persona, puede hacerte sentir temor, sin embargo, verlo como una ganancia y no como una pérdida será fundamental. Estar dispuesta a aprender cosas nuevas, es otro elemento importante en este camino nuevo para ti, tenerte paciencia para cambiar esquemas que ya conocía y aprender otros nuevos.  Alexa narrando su historia, expresó: ¡A mí me ayudó entender que yo era alguien “diferente” alguien que se estaba “convirtiendo”, mis tiempos eran diferentes, mi sueño, mis fuerzas, mis prioridades! ¡sólo ver que quien fui me ayudaba a esta nueva etapa! ¡aceptar que no estaba perdiendo, rapidez, independencia, o algo más, sino que, estaba ganando nuevos recursos y fortalezas! fortalezas

Actualmente, además de la experiencia de personas queridas que están dispuestas a ser un apoyo para ti, existen medios profesionales que te pueden ir orientando. Recurrir a un experto en el tema es sin duda, un recurso que no se debe eliminar. Quitar los juicios respecto a la salud mental y los profesionales en este renglón podrán abrir puertas que pueden ser fundamentales.

Cuando lo que tienes a tu alrededor, cuando los intentos que han realizado, cuando las personas que están cerca de ti, no son suficientes y sigues en con la sintomatología que mencioné en el artículo pasado, es momento de acudir a una orientación profesional. Un psicoterapeuta con conocimientos y experiencia en este tema podrá ser un excelente guía para ti.

Las investigaciones formales en el tema de la depresión postparto han encontrado factores que puede generar la presencia de sus síntomas. Algunos de estos son:

  • Cambios hormonales y físicos, que son inminentes a la maternidad. Estos requieren un monitoreo y seguimiento de los médicos especialistas.
  • Estrés. Pedir y recibir ayuda puede aligerar la carga cotidiana. Tener horas de sueño que te den un descanso reparador tal vez te parezca imposible, pero podría pedir a algún familiar o amigo que te ayude con el cuidado del bebé mientras duermes una siesta. Realizar algunas rutinas de ejercicios ligero, mindfulness, yoga, pueden traerte bienestar.
  • Dificultades conyugales o disfuncionalidad familiar, han sido también un antecedente en las mujeres con depresión postparto. Tener tiempos de pareja, momentos para dialogar con calma y no bajo la presión del estrés puede hacerte sentir acompañada. Un terapeuta de pareja puede orientar y favorecer en esta transición en el ciclo vital de su familia.
  • Tener antecedentes clínicos de depresión, en ti misma o en algún miembro de tu familia, es otro factor de riesgo para padecer depresión postparto.

Como puedes ver, hablar de depresión postparto no es un tema simple, hay muchos factores a tomar en cuenta. Y, sobre todo, atenderte a tiempo si es necesario, dejar pasar el tiempo con síntomas de depresión, sólo te llevará a un cuadro crónico además de tenerte en riesgo a ti y a tu bebé.

Espero que hayas disfrutado de estos artículos, me gustaría recibir tus opiniones.

  1. Los nombres que aparecen en este artículo son ficticios para mantener la privacidad de quienes han compartido sus vivencias.

Escrito por: Eustolia Martínez Rodríguez, Terapeuta Familiar 

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